Translate

jueves, 17 de julio de 2014

10 señales de alarma que indican que tu psicólogo no es bueno

“Allí donde escuchamos, hay una palabra que necesita ser dicha, allí donde ponemos la palabra hay un silencio que expresa una necesidad de ayuda.”


Desgraciadamente, no todos los psicólogos y terapeutas que ejercen en la actualidad tienen la formación y la experiencia necesarias como para poder ayudar a las personas que acuden a sus consultas. En algunos casos incluso se cae en la iatrogenia.


¿Cómo descubrir a un mal psicólogo?

1. Actúa de manera poco ética.Es normal que los psicólogos intenten establecer una relación empática porque este es uno de los pilares de la terapia pero ir más allá es una violación imperdonable del código ético. Cualquier gesto o palabra que se mueva hacia el terreno de lo romántico o sexual es una señal de alarma. Lo mismo vale para cualquier tipo de violación de la confidencialidad o comentarios ofensivos, ya sea dentro o fuera de la consulta.


2. No es especialista en tu problema.
En Psicología existen decenas de trastornos, es difícil ser un especialista en todos y mantenerse al tanto de los avances en las diferentes terapias. Un psicólogo que no tiene formación y/o experiencia en el tratamiento de determinados problemas puede realizar un diagnóstico erróneo y seguir un camino terapéutico que haga más daño que bien. Por eso, antes de comenzar un proceso de psicoterapia, pídele sus credenciales y pregúntale sobre su experiencia tratando casos similares.

3. Sus recomendaciones vulneran tus creencias y valores.Un buen terapeuta debe ser capaz de entrar en sintonía con tus creencias y valores, aunque no los comparta en su vida personal. En algunos casos te instará a salir de tu zona de confort y a cuestionarte ciertas ideas pero no puede atacar tus creencias más profundas hasta tal punto que te haga entrar en una crisis existencial. Los objetivos de la terapia y el camino a seguir se negocian con el paciente, no son impuestos por el terapeuta.

4. No responde a tus preguntas.Como norma, los psicólogos no suelen dar consejos porque el paciente podría tomarlos como pautas rígidas a seguir. Su misión es la de ayudar a cada persona a encontrar su propio camino y la solución que mejor se adapte a su caso. Sin embargo, eso no implica que no puedan responder a algunas preguntas y clarificar ciertas dudas. De hecho, la orientación también forma parte de la terapia. Por tanto, en una consulta de Psicología el único que debe hablar no es el paciente.

5. Comparte demasiada información personal. En algunos casos, en aras de generar cierta complicidad, el psicólogo puede compartir información sobre su vida personal pero esto no se puede convertir en la norma. Cuando un terapeuta habla demasiado de sí mismo corre el riesgo de que el paciente imite sus soluciones pensando que son las más adecuadas.

6. Te sientes juzgado.Uno de los pilares fundamentales de toda psicoterapia es no juzgar ni criticar, aceptar al paciente. Sin embargo, no todos los terapeutas saben dominar su extraverbalidad y se delatan a través de pequeños gestos que denotan que no comparten determinados puntos de vista. Si cada vez que acudes a la consulta te sientes juzgado y criticado, es hora de cambiar de psicólogo.

7. Minimiza tu problema.Cuando una persona acude a una consulta pidiendo ayuda, es porque considera que su problema es importante y no sabe cómo lidiar con él. Si el terapeuta no es capaz de identificar la magnitud del conflicto, lo abordará de manera simplista proponiendo acciones que alejen al paciente aún más de su realidad, con lo cual solo logrará empeorar aún más la situación.

8. Te sientes mal después de las sesiones.En alguna que otra sesión, puede quedarte un mal sabor en la boca, quizás porque se abordó un tema sensible. Sin embargo si esta sensación se repite a lo largo de varios encuentros, es probable que la terapia no esté funcionando. Lo usual es que los psicólogos estructuren la sesión de manera tal que sientas que estás avanzando o que al menos salgas más relajado y confiado.

9. Es un mal oyente.Una sesión es sagrada, tanto para el terapeuta como para el paciente. Un encuentro no se debe interrumpir porque existe el riesgo de perder la sensación de confidencia que se había creado. Si el terapeuta interrumpe las sesiones a menudo, es signo de que no es bueno. Otra señal de alarma es que no recuerde datos importantes de tu caso. Como norma, después de cada consulta el terapeuta debe realizar un informe y trabajar en el caso. Por tanto, si no recuerda detalles relevantes es porque no está haciendo sus deberes.

10. La psicoterapia no termina nunca. A veces la psicoterapia se extiende más allá de nuestros planes pero cuando un psicólogo tiene experiencia, puede estimar con bastante precisión cuántas sesiones serán necesarias. Si llevas varios años recibiendo psicoterapia y sientes que no puedes vivir sin tu psicólogo, es probable que este haya fomentado una relación de dependencia. Sin embargo, el papel del psicólogo consiste en darte las herramientas para que puedas enfrentar diferentes situaciones, no en crear una “adicción” a las consultas.


Y después, ¿qué?

El hecho de que hayas tenido una mala experiencia con un terapeuta no significa que todos sean así. Afortunadamente, hay muchos psicólogos con años de experiencia que se mantienen al tanto de las nuevas técnicas y que han ayudado con éxito a cientos de personas a lidiar con sus problemas. No dejes que una mala experiencia te limite. El próximo paso es buscar otro terapeuta. Existen sitios web especializados en el área de la salud, donde podrás encontrar a buenos profesionales. No obstante, a la hora de elegir, deja que hable tu intuición. Si te sientes cómodo, notas que hay empatía y confías en el terapeuta, puedes planificar la próxima cita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario