No hay dudas de que se trata de uno de los órganos más importantes del cuerpo y que necesitamos cuidarlo para evitar ciertas enfermedades o hasta incluso la muerte. A veces no nos damos cuenta del mal que nos estamos haciendo y esto puede causar muchos problemas y complicaciones. Lee el siguiente artículo, donde conocerás cuáles son los peores hábitos que dañan tu corazón y trata de no repetirlos a partir de ahora.
En todo el mundo, millones de personas tienen diferentes afecciones cardíacas. En el servicio de emergencias, las consultas y pacientes por infartos son cada vez más frecuentes. Ya que el corazón es uno de los órganos más importantes, porque se encarga de bombear sangre a todo el cuerpo, es preciso que reciba los nutrientes necesarios para cumplir con su trabajo. Muchas veces no lo protegemos como es debido, en gran parte porque no somos conscientes del daño que podemos provocar a nuestro corazón y, por otro lado, porque no conocemos los hábitos negativos o pocos saludables que llevamos hasta que no nos detectan una enfermedad o tenemos los primeros síntomas.
¿Cuáles son los peores hábitos para el corazón?
No tienes que esperar a sentir dolor u opresión en el pecho, sensación de ahogo o entumecimiento del brazo izquierdo para empezar a cuidarte más. Puedes comenzar a proteger tu corazón (y tu cuerpo en general) si dejas de lado los siguientes malos hábitos:
Falta de actividad física
El sedentarismo es cada vez más frecuente en las grandes ciudades, sobre todo porque se suele trabajar en una oficina, delante de un ordenador durante muchas horas al día. Al salir del trabajo, un porcentaje bajo tiene voluntad para hacer ejercicio. O a veces, sólo se asiste a una academia para adelgazar y estar espléndido para el verano. Lamentablemente, no hay una cultura del ejercicio como un bien al organismo.
Hacer deporte, al menos caminar media hora al día, reducirá las posibilidades de padecer un paro cardíaco, además de disminuir los niveles de azúcar, colesterol en sangre y la presión arterial. Así que ya lo sabes, empieza a mover más el esqueleto, aunque sea con pequeños cambios de hábitos como subir por las escaleras en lugar de usar el elevador.
Beber alcohol en exceso
Si los fines de semana sales a una discoteca con tus colegas o bebes una copa de vino tinto con las comidas no es un problema. Esto puede hasta ser beneficioso para tu salud. Sin embargo, cuando bebes todos los días y en mucha cantidad, sobre todo bebidas muy fuertes (blancas) como el vodka, el tequila o el ron, tus órganos -incluyendo el corazón- empezarán a tener problemas. Por lo tanto, reduce la ingesta de bebidas alcohólicas y si tienes problemas de adicción al alcohol, acude a un especialista.
Colesterol elevado
El colesterol malo en niveles altos es perjudicial para la salud porque recubre las arterias con grasa, la cuál se va adhiriendo a las paredes y no permite que la sangre circule como corresponde. Cuánto más elevado sea el colesterol que tengas, más posibilidades de padecer un paro cardíaco sufrirás. Siempre es bueno mantener controlado el colesterol, haciéndose análisis de sangre periódicos, comiendo menos grasas, frituras e hidratos de carbono y aumentando la ingesta de frutas como la manzana que tiene la capacidad de depurar la sangre de las toxinas como la grasa.
Exceso de sal
Es verdad que le ponemos sal a la comida para que realce su sabor, pero también existen otras alternativas más saludables como el aceite de oliva, las especias (romero, albahaca, orégano, comino, pimienta), el zumo de limón o el vinagre. Y si no puedes dejar de consumir sal al principio, cambia a una alternativa más saludable, como la sal del Himalaya o la sal marina. El sodio en exceso provoca hipertensión, que aumenta los riesgos de padecer infartos, así como también retención de líquidos y edemas.
Fumar
El mal hábito del cigarrillo es nocivo para la salud en general, porque no sólo contamina los pulmones, sino también acelera el pulso, contrae las arterias principales, provoca irregularidades en los latidos del corazón y produce enfermedades colaterales asociadas al aumento del esfuerzo cardíaco (los fumadores se agitan con más facilidad). Si fumas, trata por todos los medios de dejar el cigarrillo. A los pocos días empezarás a notar las mejorías en tu salud, en todo sentido. Nadie dice que sea sencillo, pero deberás hacer el esfuerzo, tu cuerpo (y las personas que te rodean) te lo agradecerán.
La depresión y la ansiedad
Junto con el estrés, son dos de los males más recurrentes en los días que corren. La falta de felicidad en lo que se hace, sumado a las obligaciones que aparecen a diario y esas ganas de que el futuro llegue de una vez por todas, tienen muchos daños colaterales. Si no se tratan a tiempo, ya sea modificando algunos patrones de conducta o yendo al analista, la depresión y la ansiedad pueden causar muchos problemas al corazón. Trata de tranquilizarte más, has yoga meditación o cualquier cosa que te ayude a relajarte.
Dormir poco
Si el cuerpo está desequilibrado en cuanto a las horas de sueño, repercutirá en la salud del corazón. Si duermes lo suficiente (entre 7 y 8 horas al día), vivirás más y mejor. Estarás con todas las baterías recargadas, podrás gozar de buena salud, eliminarás el estrés, no padecerás cansancio crónico, etc.
Comer mal
Si tu menú diario se compone sólo de fast food, comida del delivery, alimentos precocinados o empanados, es más probable que tengas problemas cardíacos. Por el contrario, si consumes más frutas y vegetales crudos, tu corazón estará saludable.