La presión arterial alta puede tener varias causas, entre las más comunes están por ejemplo:
- El consumo excesivo de sodio.
- La falta de actividad física, que puede llevar a la persona a tener sobre peso.
- Una alimentación poco saludable.
- Genética.
En la mayoría de los casos sí es una enfermedad que se puede prevenir, para lo cual es indispensable seguir algunas recomendaciones sencillas que pueden evitar llegar a sufrir de esta condición de salud. Veamos:
Se debe evitar al máximo el consumo de bebidas alcohólicas y de tabaco.
Tratar de mantener un peso saludable.
Realizar ejercicio físico por lo menos tres veces por semana y al menos durante media hora.
Medir con bastante frecuencia la presión arterial para asegurarse de que está normal.
Los valores de una presión arterial normal deben estar entre 120 -80 y 129 -84, los niveles de una presión arterial normal-alta oscilan entre 130 – 80 y 139 -89.
Los valores de la presión arterial normal pueden variar durante el día, debido a las actividades que realicemos, puesto que mediante la presión arterial llega la irrigación de sangre a todos los órganos de nuestro cuerpo, por lo tanto si realizamos ejercicio físico y nos medimos la presión arterial justo durante la actividad o inmediatamente después de terminar el ejercicio, seguramente la vamos a encontrar elevada, puesto que esta debe aumentar su intensidad para poder llegar a los músculos que están involucrados en la actividad. Cuando se termina el ejercicio y se tiene un poco de reposo, la presión vuelve a la normalidad.
Otras causas por las que tiende a subir la presión arterial más de sus niveles normales pueden ser:
- por tener algún tipo de preocupación.
- por presentar un estado de enojo, de ira.
- por tener un dolor muy fuerte.
Se dice que una persona sufre de hipertensión cuando al medir los valores de la presión en varias oportunidades y llevando un control médico siempre este valor se encuentra entre 140/90. Lo cual se convierte en algo muy preocupante, pues el aumento de la presión arterial puede dañar las arterias provocando que, con el paso del tiempo, la presión arterial aumente más.
La hipertensión se puede controlar siempre y cuando realicemos algunos cambios en los hábitos de la alimentación, como ya lo mencionamos hay que evitar el consumo de sal y los alimentos enlatados y en conservas, ya que este tipo de alimentos contienen muchas sales y conservantes que perjudican el normal funcionamiento de nuestro organismo. Además, hay que restringir el consumo de todos aquellos alimentos ricos en grasas, como pueden ser los embutidos, las frituras y las comidas rápidas, ya que pueden ayudar a aumentar el peso y por consiguiente, hipertensión.
Por lo tanto, si mantenemos el peso corporal controlado, realizamos ejercicio físico frecuente y llevamos una dieta sana, seguramente la presión arterial se va a normalizar y no tendremos que depender de los medicamentos para dejar de ser personas con hipertensión.
Se recomienda incluir en la alimentación diaria alimentos ricos en potasio, como pueden ser los plátanos o bananos, los frutos secos como las almendras, las nueces, etc; también frutas y verduras como la zanahoria, las acelgas, los tomates, las calabazas y los berros, entre otros. Asimismo es importante el consumo de pescado, por lo menos una o dos veces por semana, así como los lácteos descremados que se deben consumir diariamente.
¡No lo olvides!
Se recomienda mantener un buen control médico para estar seguros de que la presión arterial está debidamente controlada, si el médico nota que la presión está muy controlada seguramente va a disminuir las dosis de medicamentos y, a lo mejor, si se siguen las recomendaciones es probable que llegue el momento en que estas medicinas serán retiradas por completo, pero esto sólo lo debe recomendar el médico, no se puede bajo ningún punto de vista hacerlo por cuenta propia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario