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martes, 5 de agosto de 2014

Los 7 miedos que nos impiden entregarnos al amor

Cuando experimentamos dificultades para sentir, expresar y compartir afecto (sea verbal como corporalmente) puede haber un problema. Observá cuáles son los miedos que te impiden soltarte a jugar, reír y ser más “amorosa” con los demás.

Resulta frecuente escuchar las quejas, reclamos e insatisfacciones en relación al amor. Ya sea en el ámbito de la clínica psicológica, como en charlas de café. Y no sólo sobre el amor de pareja, sino entendiendo al amor en todos sus aspectos, tales como nuestros vínculos afectivos (amigos, familiares, pareja) así como con nosotros mismos.

Manifestamos conflictos en relación al amor cuando experimentamos dificultades para sentir, expresar y compartir el afecto sea verbal y corporalmente (besos, caricias, abrazos, hacer el amor) con los demás. Por eso, la mejor manera de no seguir deambulando por la vida frustrados, enojados e insatisfechos es observar cuáles son los miedos que albergamos que nos impiden soltarnos a jugar, reír y ser más “amorosos” con los demás.

Existen 7 miedos que pueden bloquear tu capacidad de sentir, manifestar y compartir el amor en tu vida:


1 - Miedo al descontrol. Este miedo se manifiesta especialmente en los vínculos de pareja, cuando conocemos a alguien y tememos soltarnos de nuestra estructura y rigideces. Tememos descontrolarnos cuando somos personas muy controladas y controladoras, por ende, entrar en una relación amorosa nos brinda una oportunidad única de soltar ese control… O buscar controlar al otro. Frente a una persona que puede gustarnos, atraernos y enamorarnos, podemos perder el control, y eso, para miles de mujeres puede resultar “peligroso” y aterrorizante. Por ende, muchas prefieren continuar sus vidas “controladas” sin arriesgarse.

2 - Miedo al rechazo. Miles de mujeres temen ser rechazadas y, por eso, permanecen guardadas en su hogar al calor de su familia, Internet y cosas conocidas. En el amor, tenemos la posibilidad de desear a alguien y que esa persona nos rechace, sea en los inicios o cuando estamos intentando construir algo. Sin embargo, si deseás generar una relación amorosa, no queda otra que atreverte a meterte en este viaje. De otra forma, te quedás a mitad de camino. Muchas veces tememos al rechazo cuando tenemos un “ego” demasiado grande... Después de todo, ¿quiénes somos para creernos tan importantes que no podemos ser rechazados?

3 - Miedo al abandono. Generalmente este miedo procede de haber estado en situaciones donde nos hemos sentido abandonados o faltos de contención y apoyo afectivo. Cientos de miles de mujeres pueden haber experimentado esta clase de situación en sus familias. Por supuesto, todos poseemos algún “paquete familiar”. El problema de no resolver psicológicamente esto es que, en el fondo, seguimos sintiéndonos como niños asustados y evitamos situaciones amorosas en nuestra adultez. Conclusión: nos volvemos personas dependientes o fóbicas a conectar con el otro.

4 - Miedo a las caricias amorosas. Paradójicamente, este es el temor nuclear que podemos encontrar en el 90% de las personas. Miedo a permanecer en un espacio amoroso con los demás. El budismo explica que el miedo es la falta de costumbre de… Es decir, si temés al amor es porque no estás acostumbrada a permanecer en una situación donde puedas ser tocada, abrazada y amada, y viceversa. Nuevamente, es importante explorar qué experiencias tuvimos respecto al amor, como energía en todos los aspectos de nuestra vida. Y comprender que, para vivenciar el amor, precisamos generar una costumbre, habituarnos a intercambiar caricias con los otros.

5 - Miedo al conflicto. Para millones de mujeres resulta aterrorizador involucrarse en una relación de pareja o colocar límites a sus amigas, padres e hijos, debido a que temen pelearse y discutir con ellos. Por ende, pueden permanecer asustadas, mostrándose dudosas, laxas y sobreprotectoras, tolerando situaciones que les generan malestar sin hacer nada por cuidarse. Esta clase de conducta masoquista genera dolor y mucha bronca, ya que la mujer no asume su poder personal, lo que puede llevarla a quedarse sola, enojada o involucrada en una relación toxica con su pareja o familia.

6 - Miedo a la frustración. Este miedo denota una personalidad infantil que no acepta que las cosas no se den como quiere. Tememos frustrarnos cuando permanecemos estancados en nuestro “niño interior” y dejamos que nos guíe. Si somos adultos, podemos comprender que, a veces, en el amor podemos frustrarnos y eso forma parte de crecer, aun cuando no nos guste. Pero si negamos temer a la frustración, terminamos actuando como personas caprichosas, malcriadas e intolerantes, y eso impide entrar en la energía del amor.

7 - Miedo a la vulnerabilidad. Este es otro temor fundamental que se esconde detrás de millones de personas solitarias e, inclusive, casadas. Todos tememos estar expuestos y vulnerables cuando nos enamoramos, e inclusive en nuestros vínculos de amistad y familia. El amor produce una de las cosas más bellas: mostrarnos tal cual somos, con virtudes, defectos y ansias de amar y querer ser amados. Esta verdad tan simple y elemental puede ser peligrosa para millones de personas que están acostumbradas a sentirse y proyectar una imagen de omnipotencia, seguridad y eficiencia ante los demás. Ser vulnerable implica mostrar lo que sentimos y pedir caricias desde lo adulto, no desde el niño demandante. Implica situarnos en la realidad y comprender que forma parte de lo que somos, aceptar que precisamos dar y recibir amor.

Estos son los 7 miedos que podés estar cobijando en tu ser sin darte cuenta, lo cual puede obstaculizar el fluir de tu energía amorosa con vos misma y los demás. Todos tenemos alguno de estos temores, el desafío es qué hacemos con ellos… ¿Nos quedamos pasivos y víctimas de ellos, o hacemos algo al respecto? Todos podemos y merecemos vivir una vida amorosa.

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