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lunes, 24 de noviembre de 2014

Puntos clave para detectar la fibromialgia


La fibromialgia es una de las causas más comunes de dolor, a la que en los últimos años se le ha dado mayor importancia hasta el punto de ser considerada un problema de salud pública de primer orden. Se trata de una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor músculo-esquelético generalizado y una reducción del umbral del dolor, que se reconoce generalmente al sentir más dolor cuando se hace presión en determinadas áreas del cuerpo. El fuerte dolor suele estar localizado en áreas musculares y quien lo padece presenta mucha sensibilidad a cualquier contacto físico con esa área del cuerpo e incluso se puede ver afectado por los cambios bruscos de temperatura.

Este problema de salud está asociado a otros trastornos como la falta de sueño, la rigidez matutina, el cansancio, la depresión y la ansiedad, la cefalea, la mala digestión, la sensación de hinchazón, entre otros.

Para detectar si podemos estar padeciendo de una fibromialgia, es muy importante tener en cuenta los denominados ‘puntos gatillo’, que son 18 puntos de nuestro cuerpo en donde suele concentrarse el dolor severo y la sensibilidad que permite diagnosticar esta enfermedad. ¿Cuáles son estos 18 puntos?
¿Cómo detectar una fibromialgia?



Cuando tenemos sensibilidad en alguna zona de nuestro cuerpo y al presionarla sentimos que el dolor aumenta, es muy importante consultar al médico, ya que posiblemente el diagnostico de esta enfermedad es positivo. Hasta ahora, la prueba clínica más acertada para detectar una fibromialgia es presionar con los dedos los 18 puntos dolorosos distribuidos en el cuerpo, de los cuales al menos 11 resultan positivos.

Los “puntos gatillo” se pueden detectar presionado las siguientes áreas del cuerpo:
Segunda costilla.
Cervical inferior: parte delantera de las vértebras cervicales.
Occipucio: punto por debajo del cráneo donde ingresa el músculo trapecio.
Epicóndilo lateral: dos centímetros debajo de la parte frontal de los codos.
Trapecio: punto intermedio del borde superior.
Supraspinoso: por encima del borde medial de la espina escapular.
Trocánter mayor: por debajo y detrás de la unión del fémur con la cadera.
Glúteo: en la parte alta y externa del músculo.
Rodillas: en la bola adiposa antes de llegar a la articulación.

La sensibilidad en estas áreas del cuerpo han sido de mucha ayuda en el diagnóstico de esta enfermedad, pero se está revisado los casos, ya que además del dolor osteomuscular crónico y generalizado, se han empezado a tener en cuenta otros síntomas que acompañan a la enfermedad y que se están siendo claves para identificar al enfermo con fibromialgia.

Actualmente se han sugerido otros criterios para el diagnóstico de la fibromialgia, que proponen que el paciente puede presentar dolor en 5 puntos sensibles y la presencia de tres criterios menores entre los que se destacan los siguientes.
Cambios de los síntomas por la actividad física.
Alteraciones de los síntomas por factores atmosféricos.
Empeoramiento de los síntomas con el estrés.
Sueño no reparador.
Fatiga general.
Dolores de cabeza.
Colon irritable.
Sensación de inflamación.
Parestesia.
Ansiedad.
Tratamiento de la fibromialgia



Hasta el momento no se conoce un tratamiento que cure totalmente la fibromialgia, y de hecho, algunos sugieren que cuanto más medicamentos tome el paciente mayor puede ser el problema. Esto se explica debido a que muchos fármacos contienen compuestos químicos que empeoran la salud, debido a que el paciente puede presentar sensibilidad química, siendo más susceptibles a tener efectos secundarios o reacciones adversas.

La medicación farmacológica debe ser recetada por un especialista y con ella se busca calmar el dolor, mejorar la calidad de sueño, eliminar la astenia y los problemas asociados, así como mantener y restablecer el equilibrio emocional.

La otra parte del tratamiento contra la fibromialgia consiste en informar al paciente, darle apoyo emocional y realizar actividad física con el fin demejorar su condición de vida.
Actividad física

Los expertos recomiendan que los pacientes con fibromialgia se mantengan activos, ya que esto ha dado un resultado positivo en el control de la enfermedad. El programa de ejercicios de estar supervisado y se debe realizar de 2 a 3 veces por semana. Para empezar se debe hacer de manera gradual hasta que el paciente sienta que pueda aumentar el ritmo. Se debe evitar los ejercicios que provoquen dolor por forzar determinadas áreas del cuerpo. Entre los ejercicios adecuados para estos pacientes se destacan: la gimnasia, la danza, la natación y la hidrogimnasia.

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