Aunque hay situaciones estresantes que reconocemos sin dificultad, existen otras que secretamente nos enloquecen sin que nos demos cuenta.
El diario electrónico estadounidense Huffington Post, recopiló algunos pequeños hábitos que aumentan nuestra ansiedad sin que seamos consciente de ello.
1. No ríes en todo el día
¿Cuándo fue la última vez que te reíste tanto que te salieron lágrimas? Si ya no lo puedes recordar, entonces a tu vida le hace falta un pequeño giro. De acuerdo a la Clínica Mayo, la risa activa y alivia tu respuesta al estrés, pues te calma activando tu ritmo cardíaco y presión arterial, lo que conlleva a una sensación de relajación en los músculos. Además, te ayuda a tener un sistema inmunológico saludable y alivia el dolor.
Por otro lado, un estudio realizado por la International Society for Humor Studies, indicó que los trabajadores que se ríen en sus puestos de trabajo tienen menos posibilidades de sufrir estrés. Además, se demostró que producen más que aquellos que no lo hacen.
2. No haces ejercicio
Un estudio con ratones publicado por la National Library of Medicine de Estados Unidos, mostró que aquellos que habían hecho ejercicio tras un estresante baño de agua fría -que les provocó un breve arrebato de ansiedad- se habían calmado más rápido, lo que da cuenta de que el cerebro puede lidiar mejor con el estrés cuando el cuerpo está físicamente activo.
3. Tu casa está muy sucia o desordenada
Los espacios ordenados contribuyen a sentirte en calma. La psicóloga Sherrie Bourg, afirma que “el desorden puede desempeñar un papel importante en cómo nos sentimos acerca de nuestros hogares, lugares de trabajo, y de nosotros mismos. Los lugares y espacios de trabajo sucios nos hacen sentir ansiosos, impotentes y abrumados”, comenta, aclarando que aunque rara vez es el desorden una fuente importante de estrés, contribuye a empeorar la ansiedad que nos provocan otras situaciones.
“El desorden bombardea nuestras mentes con estímulos excesivos (visual, olfativos, táctiles), haciendo a nuestros sentidos trabajar extra en los estímulos que no son necesarios o importantes”, indica, añadiendo que además distrae e impide relajarnos.
4. No tienes suficiente sexo
El sexo ayuda a las personas a relajarse. Según investigadores de la Universidad de Princeton, los niveles de hormona del estrés se reducen cuando tienes intimidad.
Según estudios de Helen Fisher, antropóloga y bióloga, la gente que disfruta del sexo regular puede tener más éxito en el trabajo, junto al desarrollo de habilidades profesionales y un mejor desempeño laboral, gracias a la mejora de autoestima que esto conlleva.
“Además de ser un gran ejercicio desestresante, el sexo desencadena la producción de una serie de sustancias químicas cerebrales muy valiosas”, añade Fisher.
5. No dices cosas buenas de ti mismo
Según la Clínica Mayo, tener seguridad en ti mismo es una manera útil de reducir el estrés. Repetirte a ti mismo “todo va a estar bien”, “soy capaz” “hay gente que me quiere” realmente puede ayudarte.
6. Duermes mal
Un sueño regular y saludable te protege contra las enfermedades del corazón, algunos tipos de cáncer y una serie de otros problemas de salud crónicos, pero además te ayuda a sentirte mejor contigo mismo.
Cristián Contador, director de Kinesiología de la U. San Sebastián, afirmó en declaraciones recogidas anteriormente por BioBioChile, que dormir mal hace vulnerable a todo individuo a sufrir trastornos anímicos, que se pueden transformar en un desastre en su vida laboral, social y afectiva.
7. No planificas tu día
Saber que tienes muchas cosas que hacer en el día, puede ser abrumador, especialmente cuando sientes que el tiempo no te alcanza para concretar todo.
Planificar tu día y priorizar las tareas más importantes, puede ayudarte a tomar mejores decisiones y sentir que tienes más control sobre tu vida.
La mañana es un buen momento para organizar tu día y trazar objetivos, ya que suele ser uno de los pocos momentos de tranquilidad para una persona que trabaja a diario. Además, durante las primeras horas la reflexión se hace más fácil, lo que ayuda a la hora de priorizar tus actividades.
8. Dices “sí” a todo
No está mal que de vez cuando digas “no”. Si tienes muchas cosas que hacer o planeabas salir a cenar, di “no” a ese favor que te pidieron.
No aumentes tu carga de responsabilidades innecesariamente sólo porque te cuesta decir “no” a invitaciones y favores.
9. Vives pegado a tu teléfono
Debes parar de mirar tu teléfono todo el día. Un estudio publicado en la revista académica Anxiety.org, muestra que la presión de estar siempre disponible para responder correos electrónicos, mensajes, llamadas telefónicas y revisar redes sociales, puede ser una buena fuente de estrés.
Haz un esfuerzo por despegarte de tu teléfono de de vez en cuando o incluso apágalo un rato.
Cómo reducir el estrés
Pero no todo está perdido, hay algunas cosas que puedes hacer para lidiar mejor con el estrés.
Piensa en las personas que amas: Cuando te sientes agobiado por algo, lo mejor que puedes hacer es conversarlo con tu familia. Esto lo confirma un estudio de investigadores de la Universidad de California, que indica que las personas que reflexionan sobre lo que les ocurre y sobre la gente que más aprecia, tienen menores niveles de estrés.
Utiliza tu imaginación: Los ejercicios de visualización son de mucha ayuda. Los expertos indican que imaginar que estás en una playa o campo relajante ayuda a que puedas reducir tus niveles de estrés y llevarte a la calma.
Repite una afirmación positiva: Las publicaciones de la Society for Personality and Social Psychology’s Character & Context, señalan que repetir frases como “Soy capaz. Soy querido. Soy valiente”, ayudan a la salud y a reforzar pensamientos positivos.
Trátate como una persona feliz: La forma en que caminas es que indica como te sientes por dentro. Los estudios aseguran que caminar con una postura erguida cambiará tu actitud y ayudará a que te sientas un poco más feliz.
Concéntrate en la respiración: Esta puede ser una de las maneras mas simples para sentirse mejor cuando los pensamientos negativos llegan a ti. El articulo agrega que si te sientes agobiado, debes concentrarte en cómo inhalas y exhalas el aire porque esto ayuda a que te sientas más ligero.
Relaja tu cuerpo progresivamente: Finalmente los expertos explican que la relajación progresiva muscular es una técnica que supone la contracción y distensión sistemática de los músculos. Relajar voluntariamente ciertos músculos con movimientos de cuello, manos y hombros ayuda a reducir los síntomas de la ansiedad, insomnio y úlceras.
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