Así que primero lo que hay que hacer es cortar algunas hojas de la planta de aloe vera (Sabila).
Trata de elegir las hojas que están más cerca del suelo, porque entonces la planta no va a estar muy lastimada y puede continuar creciendo.
A continuación, deja que las hojas cortadas en posición vertical durante unos minutos para permitir que la resina oscura drene hacia fuera.
Esta parte es importante ya que la resina puede ser un poco irritante en la piel si llega a juntarse con el gel que estás haciendo.
Así se ve la resina:
Después que la resina se haya drenado, lava las hojas y empieza a pelar la piel gruesa del aloe vera con un cuchillo, dejándo el gel transparente. Si tienes aloe vera muy larga y gruesa corta en pedazos más pequeños primero para hacer el peeling y remover el gel más fácilmente.
Coloca el gel en una licuadora y añade unas gotas de extracto de semilla de toronja o bien, vitamina C en polvo, aceite de vitamina E o un poco de aceite esencial para ayudar a conservar el gel durante un período más largo.
A continuación, mezcla todo, verter en un frasco de vidrio limpio y ya tienes un poco de gel fresco de aloe vera, que se mantendrá durante varios meses en el refrigerador. No importa que tenga un poco de espuma en la parte superior al principio, ésta se establecerá más adelante.
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