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miércoles, 18 de junio de 2014

¿Los manjares que nos encantan o los excesos que nos matan?


Hasta el día de hoy, mi intención no es convertirme en vegetariana, ni amargarles la vida tratando de convencerlos que dejen de comer algo que disfruten mucho, porque no soy experta en el tema.

Sin embargo, mientras más avanzo en mis estudios en nutrición, me doy cuenta del gran daño que generamos en nuestro organismo con el excesivo consumo de alimentos de origen animal, harinas blancas y productos procesados.


ME CONFIESO CARNIVORA, disfruto mucho de un buen corte de carne, y pienso que me costaría trabajo dejar de consentirme con este tipo de manjares; pero algo que llama mi atención es cómo mi idea y la perspectiva de estos alimentos se va transformando conforme más conocimiento voy adquiriendo sobre el funcionamiento del cuerpo humano y la relación que tenemos con la comida. Es cierto, la carne me produce placer cuando la consumo, pero he notado que cuando le “meto duro” y además combino la carne con un montón de cosas más, se producen otras sensaciones no tan agradables, sobre todo cuando mi sistema digestivo procesa esos alimentos.

He ido aprendiendo a “escuchar a mi cuerpo”, a analizar las reacciones que cada alimento provoca en mi, -ya que cada uno de nosotros somos diferentes y procesamos los alimentos de diferente forma-. Esto es muy sencillo, y puedo ejemplificarlo en una cena de las que “solía disfrutar mucho” , y que ahora trato de evitar por lo que a continuación les explico:
-Una cena que yo disfruaba plenamente (y bastante seguido) constaba de lo siguiente:

  • Un filete de res, bien cocido (EXTRA LARGE, WELL DONE PLEASE… Mi marido siempre me critica por esto jajajaja!!!)
  • Papa al horno
  • Pan blanco (Muy blanco…)
  • Vino Tinto (Una copa??? Mmmm bueno, mejor una botella!!!)
  • Un postre (Generalmente de chocolate para acompañar con el vino tinto)
  • Y por supuesto, anterior a todo este manjar, una botanita, ¿por qué no? Mmmm qué tal unos champiñones al ajillo, o unas espinacas con crema…
Las sensaciones positivas durante la cena eran: Placer, saciedad, combinación de sabores -que en ocasiones pueden ser explosivos en boca sobre todo si te gusta el vino-, alegría, felicidad, disfrtue (generalmente una cena así se hace en buena compañía, con una amena conversación, lo que incluso puede hacer que se coma en exceso).
Ahora vienen las sensaciones negativas, que he notado pueden durar varios días después de haber tenido tan suculenta cena, con el alto consumo de TODO:

  • Insomnio, pesadez estomacal, indigestión y sensación de estar muy “llena” (¿será “sensación” o más bien la realidad?), manos adormecidas y calambres, mi estado de ánimo cambia, me siento con poca energía, cansancio y flojera. mayor apetito el día siguiente, estómago inflamado…


¡Chale! -Como dice la conocida frase- No son en vano las palabras de David Román y Estrella Vilaplana en su libro “La Dieta Ética”, en donde afirman: “Considerando que más del 70% de las enfermedades letales son causadas por factores dietéticos, afirmar que es posible suicidarse con cuchillo y tenedor no es ninguna broma…”


Existen muchos estudios que han comprobado que casi el 90% de los tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, y enfermedades degenerativas pueden ser PREVENIDAS evitando el alto consumo de productos de origen natural y alimentos procesados, e incrementando la ingesta de vegetales (sobre todo los de color verde oscuro), frutas, granos y legumbres.

Hagamos conciencia sobre cada alimento que ingerimos, nuestro cuerpo es una máquina maravillosa que merece respeto, y parte de ese respeto es cuidar lo que comemos. Comer alimentos procesaos, de origen animal, y productos chatarra en exceso ,sería el equivalente a ponerle “diesel” a un auto que requiere gasolina regular, sabiendo que eventualmente el auto terminará “yonkeado” e inservible. Si llevamos una alimentación bien balanceada, no se verían tantos casos de cáncer y de enfermedades que día con día van en incremento. La mejor medicina es la PREVENTIVA.
Con esto no digo que debemos privarnos del placer de una buena comida, pero lo que sí debemos tener es la conciencia para hacerlo con moderación… Por esta razón, ahora disfruto de igual forma una buena cena, pero con la seguridad de que la relación “SUEÑO-DIGESTION-W.C.-LA MAÑANA SIGUIENTE” estarán mucho más balanceadas.
¿Qué ceno ahora?

Un buen filete de res, magro, bien cocido o un filete de pescado
Una buena ensalada verde (espinacas, arúgula, kale, lechugas mixtas, etc.)
Guarnición de vegetales (no limits!!!) como espárragos, calabacitas, zanahorias, alcachofas)
NO PAN
Vino Tinto, una o dos copas
Un postre ligero
Sigo comiendo BASTANTE, pero ahora sé que esta combinación de alimentos son un manjar que me encanta y no un exceso que me mata…

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