¿Qué es?
Halitosis es el nombre médico que recibe el mal aliento. Este es percibido como un olor desagradable que emana desde la cavidad bucal, independiente que provenga de otra parte del organismo. Es un trastorno que se mantiene en el tiempo y que se diferencia de malos olores transitorios provocados por el tabaco o el consumo de alimentos como el ajo o la cebolla.
¿Qué la origina?
La cavidad oral es uno de los sitios del cuerpo humano con mayor presencia de bacterias. La halitosis, por lo general, se debe a la descomposición de restos orgánicos alojados en la boca. Esto por una incorrecta higienización, que normalmente conlleva al desarrollo de caries y enfermedades de las encías. También puede ser consecuencia de alteraciones hepáticas, renales, metabólicas o de origen psicosomático, por lo que el profesional de la salud debe estar siempre atento y entregar un diagnóstico oportuno.
¿Cómo interfiere en la vida de las personas?
Como altera la esfera biopsicosocial, es incómoda y muchas veces se torna un obstáculo para estrechar lazos con otras personas. Quienes la sufren, suelen no estar conscientes de su condición, ya que su sistema olfativo se satura y se acostumbra al mal olor, el que sí es percibido por los demás.
¿Qué pasa en las mañanas?
La halitosis debe diferenciarse del mal aliento matutino, que desaparece en cuanto la persona se lava los dientes. Este es causado por la descomposición de elementos orgánicos alojados en la boca y por la escasa producción de saliva durante la noche.
No confundir halitosis con:
-Halitofobia: Trastorno obsesivo-compulsivo en el que la persona cree que tiene mal aliento, pero no es así. Debe tratarse con psicólogo.
-Pseudohalitosis: Es la falsa percepción de mal aliento proporcionada por receptores de olor localizados en la garganta. Debe tratarse con gastroenterólogo.
Medidas básicas para evitar la halitosis:
-Tener un buen diagnóstico odontológico. El especialista debe descartar caries y enfermedades periodontales.
-Cuando la enfermedad no es un tema exclusivamente odontológico, se debe contar con un equipo de salud multidisciplinario que esté capacitado para detectar el problema del paciente y derivarlo al profesional adecuado.
-No solo se debe atacar la consecuencia de la enfermedad (mal aliento), sino que partir por la causa: aprender técnicas de higiene oral que permitan una limpieza prolija y no traumática.
-Limpiar la lengua. El dorso lingual es la zona más contaminada de la boca.
-Consumir abundante agua. Esto evita la resequedad de la boca e impide la volatilización de gases sulfurados causantes del mal olor.
-Lo importante es cómo cepillar, no con qué cepillar. Hay ciertos enjuagatorios y pastas dentales que ayudan a disminuir el mal aliento.
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