Son unos 2 millones de personas las que padecen el síndrome de piernas inquietas. Y aunque ya lo hemos tratado en este blog, viene ahora a la actualidad porque una empresa norteamericana acaba de obtener autorización para el primer producto no farmacológico que alivia el síntoma.
El síndrome de piernas inquietas sigue siendo bastante desconocido. ¿Piernas inquietas? ¿Cómo es posible que se hable de piernas inquietas durante el sueño y que incluso se llegue a decir que “las piernas no me dejan dormir”? Y es que durante la noche y en situación de reposo, se empiezan a sentir en las piernas hormigueos, pinchazos o una sensación de inquietud que lleva a uno a la necesidad de moverse. Normalmente, el trastorno se produce de las rodillas hacia abajo y especialmente en los tobillos. En definitiva, se está en una casi continua alerta, sin conciencia de despertar, pero sin dormir. Se pasa la noche en una situación en que no duerme del todo, pero tampoco despierta del todo.
El tratamiento, según los especialistas de la Unidad de Sueño, suele ser sencillo. Es un tratamiento farmacológico que da buen resultado. El problema es que el síndrome es muy poco conocido incluso por los propios pacientes, porque no son conscientes de las alertas que padecen durante la noche. Por eso, si tiene mucho sueño durante el día, piense en la posibilidad de este síndrome. Y si duerme acompañado, pregunte a su pareja. Puede proporcionarle una valiosísima información.
Ahora, la Agencia Americana del Medicamento autoriza un dispositivo diseñado para aliviar el síndrome sin tener que levantarse de la cama. Es una especie de almohadilla que vibra y el paciente elige la cantidad e intensidad de vibración. Así el dispositivo proporciona 30 minutos de contraestimulación vibratoria, la cual aumenta gradualmente y desaparece sin despertar al paciente.
Se trata de proporcionar al paciente un movimiento que haga remitir los síntomas sin que él sea consciente de que lo hace y le permita descansar. En otras palabras: la vibración de la almohadilla le elimina los síntomas, sin que el movimiento tenga que hacerlo él.
El tratamiento, según los especialistas de la Unidad de Sueño, suele ser sencillo. Es un tratamiento farmacológico que da buen resultado. El problema es que el síndrome es muy poco conocido incluso por los propios pacientes, porque no son conscientes de las alertas que padecen durante la noche. Por eso, si tiene mucho sueño durante el día, piense en la posibilidad de este síndrome. Y si duerme acompañado, pregunte a su pareja. Puede proporcionarle una valiosísima información.
Ahora, la Agencia Americana del Medicamento autoriza un dispositivo diseñado para aliviar el síndrome sin tener que levantarse de la cama. Es una especie de almohadilla que vibra y el paciente elige la cantidad e intensidad de vibración. Así el dispositivo proporciona 30 minutos de contraestimulación vibratoria, la cual aumenta gradualmente y desaparece sin despertar al paciente.
Se trata de proporcionar al paciente un movimiento que haga remitir los síntomas sin que él sea consciente de que lo hace y le permita descansar. En otras palabras: la vibración de la almohadilla le elimina los síntomas, sin que el movimiento tenga que hacerlo él.
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