La avena: Uno de mis granos favoritos, la avena es una excelente fuente de fibra soluble, especialmente de la variedad beta-glucan. El beta-glucan de la avena se combina en tu cuerpo con agua para formar un gel, que a su vez parece tener dos funciones: ayudar de manera natural a eliminar parte del colesterol del cuerpo y ayudar a evitar que tu cuerpo absorba el colesterol.
Lentejas: Las lentejas y otras legumbres como los frijoles o arvejas contienen fibra soluble, que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La fibra soluble no solo puede ayudar a reducir tu colesterol LDL o “malo” sino que varios estudios demuestran que también puede ayudar a incrementar tu colesterol “bueno” o HDL.
Aceite de Oliva: Este famoso aceite contiene una grasa llamada mono insaturada que puede reducir el colesterol malo. A la hora de comprarlo, elije el extra virgen porque contiene mayor cantidad de polifenoles, sustancias que podrían reducir la inflamación y por ende, ayudar a proteger tu corazón.
Nueces: Conocida en inglés como walnut, las nueces son únicas entre los frutos secos pues contienen la versión vegetal de omega-3 llamada ácido alfa-linolénico (conocido por sus siglas en inglés como ALA). Los estudios demuestran que consumir 1 ½ onzas de nueces al día, como parte de una dieta sana y baja en calorías, puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Linaza: Según varios estudios, esta semilla es también efectiva para bajar el colesterol “malo”. Recuerda consumirla molida en vez del grano entero para mejor absorción. La linaza es fuente de ALA, lignanos y fibra, componentes que contribuyen a los beneficios de este alimento. Algunos expertos recomiendan consumir 1 a 2 cucharas de linaza al día.
Como te puedes dar cuenta la fibra y la grasa no saturada son tus mejores aliados para un corazón sano. Claro que si tus niveles están muy elevados, consulta con tu médico y dietista registrado.
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