Nadie agota su identidad en una etiqueta. Es más probable que seamos un poco de cada cosa, aunque los rasgos más firmes nos ubiquen en uno u otro lado
Tú, ¿cómo te ves?
1) Las mujeres independientes son precisas sin ser obsesivas; comedidas sin ser sumisas; desconfiadas sin ser paranoides; seguras sin ser narcisistas, emotivas sin ser histéricas y aguerridas sin ser antisociales. Se ubican justo ahí, en la medida de la equidad. Se hallan en esa línea virtual que separa el cuerpo de la mente, la razón de la emoción, lo fortuito de lo inequívoco.
2) Hay en ellas una seguridad pasmosa; una brújula interna extremadamente sensible a los cambios del entorno y una rapidez envidiable para torcer o replantear los lineamientos de los objetivos planteados.
3) La mujer independiente actúa de acuerdo a coordenadas de su existencia: no simula ni hace un esfuerzo voluntario para mantenerse firme; a lo sumo, agregará elementos voluntarios (por lo tanto conscientes), pero la base, "la naturaleza" es darle un valor especial a su sí mismo y, a partir de su estima, volcarse hacia los demás.
4) Es muy frecuente que sean personas expansivas, gráciles, amables, sociables, divertidas, pícaras, juguetonas, trabajadoras, ejecutivas. Saben y se ofrecen para organizar actividades grupales, tienen capacidad de liderazgo, consistencia sin perder sensibilidad y valoran la amistad.
5) En la vida amorosa se muestran seguras, no desestiman la intuición. Por el contrario, se valen de ella para confirmar o descartar las primeras impresiones del otro. Se localizan en un punto de equilibrio que les permite una rápida evaluación de la situación (intuición, percepción), búsqueda de estrategias para afrontarla (acciones) y afecto para darle tono y credibilidad (emoción). Combinan como nadie estos tres elementos.
6) La tendencia a la actividad y la falta de inhibición sexuales les da la libertad para un juego erótico rico en posibilidades. No hace falta decirles que hagan algo porque saben todo. El sexo es una actividad importante en sus vidas. No lo ponen en el último cajón para sacarlo recién cuando se sienten presionados por sus parejas. Les gusta, lo disfrutan y hacen disfrutar. Son muy infrecuentes las disfunciones sexuales.
7) Las mujeres independientes son intuitivas, generadoras de acción, convincentes: con un ojo sueñan y con el otro avizoran. Saben que su atractivo está en esta dualidad, mezcla de garra y sensibilidad. Además, no se enrollan en cuestiones secundarias. Saben diferenciar lo central de lo periférico. No se consideran celosas, incompetentes, dramáticas, quejosas, reiterativas, ni impulsivas.
8) Para las mujeres independientes de más de treinta (sobre todo las de cuarenta y cincuenta) la experiencia de vida es un fuerte aliciente. No reniegan del paso del tiempo y aceptan con nobleza los cambios del cuerpo. La infinidad de experiencias enriquecedoras sirven como capital personal y no hay argumento ni moda que las desbarate.
9) Durante las crisis no se enquistan en el conflicto, saben volverse hacia sí mismas, reflexionan y evalúan alternativas para superarlas. Escuchan opiniones ajenas (familiares, compañeras de trabajo, amistades), pero no se dejan convencer con facilidad ni se enmarañan entre tantas versiones encontradas.
10) Tienen una alta valoración de sus pensamientos, sin embargo no hacen gala de soberbia ni de "sabelotodo", son humildes sin ser condescendientes.
La mujer independiente en la cama
En la cama se liberan sin atosigar a los compañeros, sobre todo si ellos son apocados o tienen algún tipo de inseguridad. Saben que el mínimo pedido puede ser estremecedor para aquellos hombres que han tenido fallas en la erección o alguna otra disfunción sexual.
Se comportan con mucho cuidado, son cautelosas y suaves: tocan, preguntan y siguen. Tranquilizan a los hombres al hacerles sentir que el contacto es suficiente para lograr la plenitud. Los hombres, agradecidos, se animan a probar otras maneras de estimulación que no sea la penetración.
Las mujeres saben cómo conquistar y sostener las relaciones. Cuando se dan cuenta de que el vínculo amoroso es insostenible, afrontan la realidad sin vueltas. Sin embargo, muchas veces "asusta" tanta autonomía y congruencia personal. Las mujeres independientes saben que su "forma de ser" puede resultar un problema para algunos hombres (o mujeres, en las relaciones homosexuales), más proclives a buscar compañeras que se ajusten a sus demandas.No obstante, pueden comprender los requerimientos ajenos sin someterse a ellos ni traicionar sus convicciones.
Las mujeres independientes luchan por la paridad: quieren que los vínculos sean democráticos. Huyen del dolor y de los conflictos superfluos, que socavan cualquier relación.
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