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viernes, 29 de mayo de 2015

Tres mascarillas de avena para embellecer el pelo

Conseguir un pelo sedoso y radiante es uno de nuestros principales objetivos. Sin embargo, entre los secadores, las planchas y, en esta época, el sol o el agua salada, nuestro cabello recibe mucho más castigo que mimo y, así, es complicado presumir de melena. Para revertir la situación, tenemos que seguir las premisas que ya nos sabemos de memoria (menos calor y más hidratación) e indagar sobre los ingredientes naturales que pueden contribuir a nuestra causa. La avena, puede ser tan milagrosa para nuestro organismo como para nuestro pelo.

Por lo que respecta a nuestro organismo, la avena, que contiene calcio, magnesio, potasio u oligoelementos como el silicio, es una gran aliada para fortalecer nuestros huesos y dientes, para el mantenimiento saludable del sistema nervioso y parareducir el colesterol y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. A nivel beauty, no se queda atrás. Es una fuente de hidratación que ya utilizaban los egipcios, que se bañaban en avena para nutrir su piel y cabello.

Aunque, a estas alturas, optar por el baño de avena parece poco factible, sí que podemos elegir productos que la contengan o crear nuestras propias mascarillas naturales. Valeria Costa nos enseña cómo hacerlas y nos presenta estas tres opciones:

Mascarilla de avena express: Destinada para las que no disponemos de mucho tiempo, consiste en mezclar copos de avena con agua templada. Así de sencillo. Cuando tengamos lista la mascarilla, y tras habernos lavado el pelo con un champú sin sal, la repartimos por los mechones de nuestro cabello de la raíz a las puntas y recogemos nuestro pelo con una pinza. Pasados 30 minutos, enjuagamos con agua tibia hasta llegar al último aclarado, que debemos realizarlo con agua fría y a máxima potencia. Tras el ‘fresquito’ final, el ritual habrá finalizado y le habremos dado una buena alegría a nuestro cuero cabelludo.

Mascarilla de avena a fuego lento: La segunda receta requiere más dedicación pero podremos utilizarla tanto para el pelo como para la cara. Consiste en hervir a fuego lento, durante dos horas, agua fría y unas cucharadas de harina de avena. Una vez hervida la mezcla, esperamos a que se enfríe y la aplicamos a modo de mascarilla sobre nuestro cabello. El último aclarado, igual que en el caso anterior, debe realizarse con agua fría. En este caso, la mascarilla también nos servirá para hidratar la piel del rostro.

Mascarilla de avena dulce: La tercera opción consiste en añadir yogurt natural o miel a la mezcla que resulta en la mascarilla que explicábamos anteriormente. Es decir, se hierve agua y unas cucharadas de avena durante dos horas y, posteriormente, se añaden estos dos ‘dulces’ detalles. El resultado será una mascarilla más compacta y un ritual ligeramente más complejo. En este caso, Valeria Costa nos recomienda lavar el cabello con champú sin sal y realizar el último aclarado con agua caliente. Con la cutícula abierta, aplicamos la mascarilla de manera uniforme por toda nuestra cabeza y nos ponemos un gorro de plástico de ducha durante 30 minutos. Posteriormente, aclaramos con agua fría y disfrutamos de un cabello envidiable. En este caso, la mascarilla puede aplicarse, también, sobre la cara.

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