De acuerdo con la escritora Brenda Schaeffer, la adicción incluye tres elementos básicos que son la obsesión, la sensación de estar fuera de control y seguir en ese estado a pesar de las consecuencias físicas o negativas.
¿En qué consiste este apego?
Una persona que sufre adicción afectiva tiene los mismos síntomas que alguien que consume sustancias ilícitas, como ansiedad, angustia, miedo y pérdida de consciencia.
“La dependencia está relacionada con la seguridad de tener a alguien, aunque la compañía sea espantosa”
Las señales para identificar a un adicto afectivo es que se mantiene en una relación aunque el trato no sea bueno y la necesidad de estar con alguien crece conforme pasa el tiempo.
Además, se invierte tiempo y esfuerzo para estar con esa persona ante cualquier circunstancia; “existe una alteración en el desarrollo social, laboral y recreativa de la persona”.
¡Supérala!
Quienes están en una relación tóxica o experimentan la adicción afectiva necesitan recuperar el respeto y el amor por ellos mismos, para salir de esa situación.
“El apego corrompe, degrada, limita, cansa, desgasta y agota nuestro potencial.
“Por el contrario, la dignidad libera, el autocontrol ayuda, la autoestima engrandece, la autoeficacia nos vuelve atrevidos, y el realismo afectivo, por más crudo que sea, enseña a perder. Mal de amores o salud afectiva: la elección es nuestra”
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