Al parecer suena bien: tu pareja y tú haciendo ejercicio juntos, compartiendo gimnasio y motivación
Es una forma de pasar más tiempo de calidad juntos, además, pueden apoyarse el uno al
otro en metas de salud y aspecto físico es una forma sana de fortalecer vuestra relación. Ayudar al otro a sentirse mejor con uno mismo también puede aumentar la atracción que sienten.
Pero hay algunos factores que deberías tener en cuenta para frenar el impulso de que tu pareja en el amor se convierta en tu pareja de gimnasio:
- Primero: si no tenéis el mismo nivel. Un ejemplo podría ser que tu marca de running está en 5 minutos el kilómetro y tu pareja está mucho por detrás. Probablemente al principio tendrás que ir algo más lenta para ponerte a su ritmo. Pero después de un tiempo la diferencia entre sus capacidades puede poner en peligro tu rendimiento y ademas puede provocar resentimiento de tu parte (y competitividad insana por su parte).
- Segundo: También pueden surgir conflictos si tu nivel de compromiso con el gimnasio está desequilibrado. Por ejemplo, si no tienes ningún problema en saltarte una sesión si acontece algún imprevisto en tu agenda, mientras que él puede que jamás se pierda una sesión.
En conclusión…
No sabrás si eres compatible para entrenar con tu pareja hasta que no lo pruebes. Así que nuestra recomendación es que lo intentes durante algunas sesiones y veas cómo te va. Si te sientes respaldada y motivada, sigue adelante. Pero si te sientes criticada o menospreciada, puede que lo mejor sea que sigas entrenando en solitario. Mejor ir por separado al gimnasio y continuar siendo una pareja que generar recelos y resentimientos que lleven a discusiones.
Toma la decisión correcta y sigue adelante con el entrenamiento que mejor se adapte a ti
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