Aquí te decimos algunos de ellos.
1. Baños con agua de mar. Investigadores de la Universidad de Alicante, en colaboración con los Laboratorios Quinton, afirman que el agua de mar activa el sistema inmunológico ejerciendo un efecto protector, al reforzar al organismo frente a virus, bacterias, bajas defensas y otros patógenos estacionales.
2. ¿Consumes las calorías adecuadas? Cuando el insumo de calorías es bajo, las prioridades del cuerpo se limitan a mantener el corazón latiendo y los pulmones bombeando -las funciones necesarias para sobrevivir en ese instante- mientras el sistema inmunológico opera con un déficit.
3. Sueña como bebé. Un estudio publicado en Psychosomatic Medicine afirma que hasta los más ligeros disturbios durante el sueño provocan una considerable disminución en el número de células cuya función es combatir infecciones.
4. ¿Tú estómago, tu peor enemigo? Cuando estás constantemente en un estado alterado de alerta inmunológica, esto puede acarrear consecuencias negativas para todo el cuerpo,” afirma la doctora Susan M. Kleiner, autora del libro The Power Food Nutrition Plan.
5. Natural y eficaz. Las verduras contienen sustancias que fortalecen el sistema inmune, afirma un estudio publicado en la revista Cell.
6. Probióticos. Amanda Bontempo, una dietista registrada en el Centro Montefiore Einstein para el Cuidado del Cáncer de la ciudad de Nueva York, señala que la salud del sistema gastrointestinal determina la salud del sistema inmunológico.
7. Comparte. La Asociación Estadounidense de Sicología indica que el aislamiento social debilita la inmunidad y compromete la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones. Por otro lado, los vínculos sociales como el matrimonio, lo fortalecen.
8. Meditación. Esta actividad realizada de forma consciente influye positivamente el sistema inmunológico.
El bienestar de tu cuerpo está en tus manos, todo es cuestión que tú te animes a intentar un cambio en tus hábitos.
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