Pensando sobre el tema de este post, estuve echando un ojo a lo que hemos escrito hasta ahora, hemos repetido hasta la saciedad lo importante que es la media mañana, la merienda y aún más hemos insistido en el desayuno.
Las dos primeras como ayuda para superar el día con energía y la última, es decir, el
desayuno, por ser la primera comida del día, y la más importante, base sobre la que los peques se apoyan para enfrentar el día y, en muchas ocasiones, clave para que el día empiece con muchas ganas y una sonrisa.
Todo esto está muy bien, pero a veces nos olvidamos de dos comidas que son también fundamentales: la comida y la cena. De esta última es a la que me gustaría dedicar hoy unas palabras.
Comienza el curso, muchos niños tienen que quedarse en el comedor ya sea por motivos de trabajo de los padres o porque viven lejos del colegio. En muchas ocasiones cometemos el error de pensar que el niño va a aprender a comer allí, que van a llevar una alimentación equilibrada porque en el colegio es donde van a comer esas "comidas que no gustan" ytendemos a relajarnos en las cenas y darles aquello que más les gusta quitándonos un problema o una discusión menos, porque, admitámoslo, después de estar todo el día trabajando apetece más ir a lo fácil, es normal, estamos cansados.
Pues bien, esto no debería ser así, y esta tendencia, al menos a mi alrededor, se está cambiando. Hay que leer los menús de los niños, saber qué han comido y qué van a comer para planificar así un buen complemento a esa comida en la cena, el menú debe llegar a casa no como un papel decorativo en la nevera o para olvidarlo en un cajón. El menú escolar es importante de cara al menú familiar de la semana, e incluso del mes, ya que nos va a ayudar a su planificación.
Lo ideal en las cenas es incluir algún tipo de pescado, huevo o carne blanca con una pequeña guarnición de verduras y, en menor cantidad, algo de arroz, patata, pasta o simplemente pan ya que el siguiente paso es irse a dormir y, aunque también para el descanso se necesita energía, no es comparable con la necesaria a lo largo del día.
De este modo, si para comer el niño va a tener un menú compuesto de sopa y pollo con guarnición de patatas y de postre yogur, la merienda debería llevar algo de fruta para complementar y en la cena optar por pescado con unas verduritas salteadas. Esta cena puede resultar algo difícil para que el niño se la coma pero se puede recurrir a la imaginación y decorar y aderezarlo de tal manera que el plato apetezca desde la primera vez que lo ven gracias a los colores y el olor. En un adulto hace mucho y los niños no son menos para estas percepciones. De esto hablamos largo y tendido en nuestro post "Nutrición para peques X: Completar las cenas con el menú escolar."
Así que os planteo un objetivo para este nuevo curso, PLANIFICAR los menús en casa ayudándonos del menú escolar para conseguir que los más peques crezcan sanos y aprendan a disfrutar de los alimentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario